Está hecha de silicona flexible, muy ligera para la piel, de forma que puede adaptarse y ajustarse perfectamente a cada rostro, siendo súper fácil de limpiar tras la absorción de la mascarilla y reutilizable. Se utiliza aplicando primero el producto sobre la piel, ya sea mascarilla, una buena dosis de crema, sérum o aceite facial; coloca después la mascarilla de silicona y deja actuar el tiempo necesario.
Si quieres que además de sus beneficios, te aporte una dosis de frescor inmediato para despertar la piel y activarte al momento, guarda la mascarilla de silicona dentro de la nevera durante 30 minutos antes de usarla.